domingo, 20 de marzo de 2011

Gabriel Jaime Rico

En una de esas mañanas de clima extraño en Medellín, aparece un personaje muy carismático y cordial, ¿sólo será estrategia política o de verdad será así?, fue la pregunta que durante hora y media me pasó por la cabeza y quizás a varios alumnos también.
En un salón de clase de la Universidad Pontificia Bolivariana llega un hombre con un café su mano, vestido con un cachaco azul oscuro que poco tiempo duraría en su lugar, el saco pronto llegaría a cubrir el espaldar de una silla y dejaría ver la camisa azul clara de rayas que Rico Betancur se dobló hasta la mitad del brazo, esto le daría un toque más informal a la conversación.
Gabriel Jaime Rico Betancur viene acompañado de tres hombres más, ¿cuál sería su función?, uno era el comunicador social Fernando Cifuentes, otro un líder comunitario aparentemente y el otro aún sigo buscando qué papel cumplía allí, aunque según investigué es su conductor Luis Eduardo Gallo. Pero esto no fue impedimento para que la conversación comenzara y Rico contara anécdotas que han pasado en su vida y que lo han “enriquecido” según él.

Sus chistes malos salieron al ruedo, cada frase y acontecer de su vida iban acompañados de estos. Algo que de entrada aclaró fue que su sueño es ser Alcalde de Medellín, pero que no sólo lo puede soñar sino que cada día lo visiona y va dando un pequeño paso para llegar a esta gran meta.
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“Para ser Alcalde de la Ciudad me he preparado” afirmó Gabriel Jaime, y sus  logros políticos en corto tiempo lo pueden afirmar. Concejal de Medellín en dos periodos consecutivos, candidato Alcaldía de Medellín en 2007 y el ofrecimiento de ser Viceministro de Planeación en el gobierno anterior.

Sus manos son muy expresivas y le permiten acompañar su discurso, esto lo debe haber aprendido cuando estaba estudiando comunicación social en la Universidad de Antioquia y a su vez vendía alarmas puerta a puerta en Laureles. Cuando comenzó a venderlas le daba pena pero después de llegar varias semanas sin vender nada, analizó su mercado y modificó los horarios y sectores de venta hasta llegar a ser el director de ventas. Esto fue a sus 18 años, cuando estaba recién egresado del colegio San Carlos.

Cuando salió del San Carlos quería entrar a estudiar comunicación social y periodismo a la Universidad Pontificia Bolivariana, pero los 190 mil pesos que valía el semestre no se lo permitieron, detrás de esta noticia que no lo alentaba estaba que sus amigos del San Carlos, su “noviecita” Mónica Vélez y la cercanía a la casa lo apegaban a ésta.

Después de ser comunicador de la UdeA siguió sus estudios en alta gerencia y magister en desarrollo de la UPB, además ahora está cursando un doctorado en relaciones internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

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