lunes, 28 de febrero de 2011

RO-BLEDO

En un día de esos que no dan ganas sino de estar en buena compañía, debajo de las cobijas, nos encontramos con Ro-bledo. Cuando llegamos donde él nos mostró su cara de sábado al medio día, un ambiente pálido, su loción de un aroma poco agradable y sobretodo el afán de la gente por alejarse de él.
A las 12 m, el olor a smock y las caras largas de los transeúntes se mezclaban con el ir y venir de los carros, que felices de que fuera sábado aceleraban en las calles y carreras, sólo deteniéndose por esa luz roja sin pensar en el paisaje tan gris, apresurado y efímero que los rodeaba.
El sueño era el principal componente del humo que desprendían los Coonatras, Rutas de la salud y los innumerables colectivos y buses que venían de un ambiente más trópico en su hora meridiana, a un parco y lúgubre cielo con ganas de llorar por ver acercarse las pm.
Las sombras que pudimos observar eran gigantes, jugaban a perseguirse y a chocarse unas a las otras, y así generar lo que fue el clímax de nuestra visita: La lluvia. Estas gotas que se desprendieron de las únicas sombras que vimos al meridiano eran quizás lo más caluroso que sentimos aquel día que según la hora imaginamos tropical.
El señor Bledo, como el buen refrán paisa, fue serio y muy poco cordial con nosotros, gracias a éste pudimos darnos cuenta de la importancia de detenernos a observar y sentir por más desagradable que sea el ambiente que nos rodea. La gente pasaba de prisa y te dejaba un recuerdo poco afectivo como el smock.
Es así, como el señor Ro-Bledo nos dio una agria bienvenida y una triste despedida, salimos de su territorio llenos de un aire melancólico que hizo que la visión que teníamos de las 12m como una hora soleada y tropical se transformara en un lúgubre momento en que sólo se veían masas de gente ir y venir.


Otra mirada a la época de Pablo Escobar

 El Nike en mi cara con olor a nuevo quizá era el valor de mi muerte, era el pago por el trabajo que me iban a hacer” Carlos Mario Correa.
Ser periodista para el común de las personas es sentarse a escribir la noticia en una sala de redacción donde no entra ni el polvo, pero para quienes de verdad se apropian de la misión es hacer ciudad, darle voz al que no la tiene y  llegar hasta el extremo de combatir  al “Robin Hood paisa” con un pedazo de tinta y papel como lo hizo Carlos Mario Correa en las décadas de los 80 y 90.
Corporación Otraparte
Esperando a una persona con una figura atlética, alta y apática llegó Carlos Mario; Bajito, cordial y buen orador, demostrando su profesión, comunicador social y periodista de la Universidad de Antioquia.
Sin ningún preámbulo él transportó a estudiantes de la Universidad Pontificia Bolivariana al mundo que había vivido y que ahora está plasmado en libro que quería enseñar. Las llaves del periódico es el libro donde se cuentan las verdades de el periódico El Espectador y Pablo escobar en esa pelea que casaron desde el momento en que el diario de los Cano comenzó a investigar y publicar la verdad sin permitir que fuera infiltrado por dineros del narcotráfico.
“Vivir perseguido por “el Capo” es difícil, pero él fue quien me enseñó a ser un buen periodista. Escobar siempre estaba en todo lo que pasaba en este país”.

El libro...

Corporación Otraparte
Correa escribió este libro con la intención de honrar la memoria de los periodistas, fotógrafos y demás trabajadores de El Espectador que fueron víctimas de la época en la que el Cartel de Medellín dominaba con terror. “Es triste que la historia del periodismo colombiano la cuenten los “malos” (Virginia Vallejo - Popeye) y los periodistas no tengan la posibilidad de hablar”.
“Este tipo de libros no se pueden escribir en caliente porque todavía hay rencores y personas vivas que puede salir perjudicadas e incluso buscar represalias”.


Cuando Carlos Mario habla, se siente seguridad en el tema y dan escalofríos las historias macabras que a él le toco reportar. Que cruel realidad la del país, pero también que buen trabajo el que realizaron los Cano, y como reportero en Medellín el Periodista como se llama Carlos Mario en su libro.
El Periodista vivió y soporto en su juventud lo que en su madurez no haría, ser perseguido la persona que todo el país le temía, ser perseguido el narcotraficante más buscado en el mundo. La vida de él no fue fácil durante ese periodo de persecución, cerró con frecuencia oficinas del diario en Medellín, sintió que la muerte lo rondaba y se convirtió en el reportero incognito de El Espectador en la ciudad.

Ser contador fue lo que lo salvó de ser reconocido como el Periodista, pero ser contador de historias o ser contador público; fue la segunda la que le dio un bajo perfil que pasaba desapercibido para el “Chopo” - jefe de sicarios de Escobar - que trabajaba en el mismo edificio que el “contador” hacia sus reportajes. Correa se enteraría de su cercanía con su victimario el día que las autoridades abatieran al “Chopo” en el lugar donde él escribía en secreto para el Periódico.

Foto: museodeantioquia.net

El Periodista pequeño en edad pero muy grande en conocimiento y experiencia hizo que su sentimiento hacia el diario se convirtiera en un buen producto periodístico y que cada vez la confianza creciera entre ambos para que cada uno cumpliera su misión. “Me aferré a El Espectador porque me dieron mucha libertad, me dieron temas que me gusta contar”.

Carlos Mario salió victorioso de la búsqueda que la mafia del país tenía hacia él pero no logró sobrevivir a la globalización y al consumismo y fue vencido por la necesidad de hacer periodismo barato;  no de calidad y costoso como con el que había salido adelante el Periódico en sus peores momentos. Las malas administraciones dejaron caer el diario hasta convertirlo en semanario.

Sólo quedan las llaves, las que abrieron muchas puertas con grandes planes y añoranzas pero que después cerraron por estar presionado por la mafia o por la dirección.
Carlos Mario ahora es docente de la Universidad Eafit y quiere retomar en sus estudiantes el amor por esta labor, engrandecerla y hacerla más digna.


2009: ¡Leonel de nuevo campeón!


Foto Carlos Julio Martínez, El Espectador.

El año comenzaba con el América de Cali en lo más alto del fútbol colombiano, pero quizá los hinchas del diablo rojo, mientras alardeaban del título conseguido el año anterior, no presentían la crisis económica a la que llegaría el conjunto americano; otras que cayeron en crisis fueron las exportaciones de Colombia, su aliado comercial estratégico en éstas era Venezuela, quien rompió relaciones de manera insólita por decisión del presidente Chávez.
Otras que sorprendieron al mundo fueron las imágenes del vuelo 1549 de la aerolínea Us Airways, que el 15 de enero amerizó en el río Hudson, cerca de Manhattan; y muy cerca los que no caían sino que subían eran los Yankees de New York que se coronaban campeones de la Serie Mundial de Béisbol. Pero  alguien que no fue coronada, fue la reina de Colombia, Michelle Rouillard Estrada que en Miss Universo pasó sin dejar huella; pero Usaín Bolt no deseaba poner su huella sino que quería dejar un rastro imborrable en la historia del atletismo mundial, ganó en el Campeonato Mundial de Atletismo las pruebas de 100 metros, 200 metros y 4 X 100, además de los tres oros que había conseguido en los Olímpicos de Pekín un año atrás.

andamosarmados.com

Otra que marcaría la historia de este año, pero no de manera positiva, era el aviso que enviaba la Organización Mundial de la Salud donde confirmaba que en junio en el mundo, había 100.000 casos confirmados de la pandemia mundial AH1N1, y en Perú era condenado Alberto Fujimori a 25 años de cárcel por los crímenes de lesa humanidad que cometió en su mandato, y otro que se condenó a cargar el título de la Vuelta a Colombia fue Mauricio Ortega, que vencía por 4 minutos a Francisco Colorado. También quedó colorada la iglesia católica cuando en Suecia se aceptó el matrimonio entre homosexuales, mientras tanto el papa Benedicto XVI viajaba por primera vez a África en busca de “peregrinar” el mundo. 

Y la política entró en acción...
Mientras tanto Corea del Norte amenazaba las relaciones políticas del mundo haciendo un ensayo nuclear subterráneo que ponía en alerta a Estados Unidos y su belicosidad, y en Panamá quedaba presidente Ricardo Martinelli.
Del cielo, en el Océano Atlántico, caía un vuelo de Air France que se dirigía de Río de Janeiro a París dejando 228 muertos, pero uno que no bajaba sino que subía al cielo, era el Once Caldas que peleó contra “los tiburones” para salir campeón del Torneo Apertura y así conseguir su tercer título para bordarlo en su escudo, y Valentino Rossi sacudía la meta y ganaba el Campeonato Mundial de Motociclismo MotoGP, además, otro que sacudía era un terremoto en Honduras que se sintió también en Guatemala y El Salvador que no dejó muchas personas muertas, y Teófilo Gutiérrez que infló las mallas de los rivales en 16 ocasiones fue galardonado como el mayor artillero del fútbol colombiano en el primer semestre del año.
Irlanda quedaba campeón del torneo Seis Naciones de rugby, y así de duro como el rugby, era la situación política en Honduras, donde el presidente Manuel Zelaya fue destituido por un golpe de estado; pero el verdadero golpe que sufrió el estado mundial fue la caída del rey, del Rey del Pop Michael Jackson, que moría en Los Ángeles por una supuesta sobredosis de droga.  Tal vez muchos creyeron que estaban en una sobredosis y sus ojos se nublaban cuando sucedía el eclipse solar  total más largo de la historia de este siglo, con una duración de  6:39”
ETA no se cansaba hacer atentados terroristas en España, mientras tanto en Colombia las FARC hacían lo propio, aunque también demostrarían su “deseo” de acercarse a la paz y el ex­-diputado del Valle Sigifredo López fue liberado de su secuestro de más de 7 años. Y 7 fueron los equipos que participaron en el Campeonato Sudamericano de Voleibol que mostró como campeón al conjunto brasilero que ganó sus seis presentaciones.

Foto: golplanet.com
Las presentaciones que deslumbraron al planeta entero fueron las de Juanes, Miguel Bosé, Silvio Rodríguez que pusieron a cantar a toda Cuba en el segundo concierto Paz sin Fronteras. Por otro lado a los hinchas del Poderoso los ponía a cantar y a brincar los goles del delantero del Deportivo Independiente Medellín, Jackson Martínez, que con su piel morocha y una gran sonrisa sacaba lágrimas en los ojos de sus rivales; Jackson fue condecorado como el goleador del Torneo Finalización y con esto llevó al Poderoso de la Montaña al podio donde sólo suben los vencedores; el DIM se proclamaba campeón frente al Atlético Huila con un cerrado 3X2 en el global que le regalaba la bienvenida al Medellín en la siguiente Copa Libertadores y su quinta estrella. El Finalización le trajo a Leonel Álvarez otro título, su primero como DT y la despedida al Deportivo Pasto que fue a pasar una temporada en la B. Brasil ganaba la oportunidad de realizar los Juegos olímpicos de 2016 en Río de Janeiro, mientras el papa Benedicto XVI proclamaba  cinco nuevos santos, Perú y Chile peleaban por espionaje y Jenson Button aceleraba a fondo para salir ganador de la Fórmula uno.